Beneficios del aceite de oliva
Nutre la piel
El aceite de oliva virgen extra contiene vitaminas A, D, E y K, que son esenciales para mantener la piel elástica y joven, ayudando a prevenir el envejecimiento prematuro de la piel. Además, es un excelente antioxidante, por lo que aplicado sobre el rostro ralentiza el envejecimiento de la piel y, por lo tanto, la aparición de arrugas. También hay quien opina que es un buen remedio natural para combatir el acné, ya que podría regular la presencia de las bacterias que lo causan, actuando como desinfectante, aunque no está demostrado.
El AOVE, gracias a sus vitaminas, sus propiedades nutritivas y antioxidantes tienen un efecto:
- Humectante: Protege de la pérdida de agua y por tanto, frena la deshidratación
- Rejuvenecedor: Ayuda a regenerar la piel y previene la aparición de arrugas
- Fotoprotector: Ayuda a proteger la piel de agentes externos como el sol o el viento
- Cicatrizante
- Calmante
- Antiinflamatorio
- Regenerador celular
- Revitalizante
El aceite de oliva es muy utilizado en cosmética como referencia de belleza en: cremas, ungüentos, aceites… Retomando costumbres tanto de la Antigua Grecia como de Egipto, donde el aceite de oliva era considerado como un bien muy preciado utilizado para perfumes, culto a Dioses y Faraones, etc. Desde hace siglos que las mujeres aprovechaban las cualidades del aceite de oliva aplicándolo en el cutis hasta que se absorbiera. Es un excelente aliado para las ojeras por su efecto calmante.
Fortalece el pelo
Las civilizaciones mediterráneas de la Edad Antigua ya utilizaban el aceite de oliva virgen no solo como alimento, sino como medicina y cosmético. Por ejemplo los griegos lo utilizaban masivamente para la higiene personal y el masaje, y los atletas lo escogían como relajante muscular. En la antigua Roma lo utilizaban para el tratamiento de la piel: producían perfumes, ungüentos y cremas muy variadas. En el Antiguo Egipto era empleado como loción antiarrugas y
como ungüento para embellecer el cabello.
Las grasas saludables y nutrientes del aceite de oliva pueden aprovecharse para la belleza del cabello. Por su composición nutricional y por su alto contenido de vitamina E es un gran antioxidante, fortalece el cabello haciendo que crezca fuerte y sano, fortaleciendo los folículos pilosos. Por ese motivo, es un principal ingrediente en muchos productos para el cabello.
Beneficios del aceite de oliva para el pelo
Por su alto contenido en polifenoles y vitamina E, sustancias con alto poder antioxidante, es el mejor aliado para prevenir los daños que la exposición solar puede causar sobre el cabello.
Por su efecto emoliente y suavizante ayuda a tratar cualquier patología del cuero cabelludo caracterizada por irritación, picor o presencia de costras y heridas.
Aplicar aceite de oliva sobre el cabello y el cuero cabelludo representa el tratamiento más natural frente a la infestación por piojos, ya que actúa asifixiándolos.
Se trata de una sustancia altamente hidratante, al evitar la evaporación de agua y también muy nutritiva al aportar lípidos imprescindibles para la adecuada estructura del pelo.
Por su alto poder nutritivo, permite aumentar el crecimiento del mismo al fortalecer los folículos pilosos, especialmente en aquellos casos en los que el pelo se presenta sin vida y dañado.
Debido a su excelente composición nutricional puede afirmarse que el aceite de oliva es el mejor alimento para el pelo, por ello también es el mejor producto que se puede utilizar para otorgarle brillo al cabello.
De todo lo explicado y, resumidamente, el aceite de oliva es un excelente aliado para
el pelo porque:
Ayuda a mantener su hidratación natural, haciendo que crezca más fuerte, sano y brillante.
Mejora la elasticidad del cabello.
Nutre y repara el cuero cabelludo.
Estimula el crecimiento del cabello.
Fortalece los folículos capilares para evitar la rotura y la caída.
Combate la diabetes
La diabetes mellitus (DM) es un conjunto de trastornos metabólicos que dan lugar a concentraciones elevadas de glucosa en la sangre. Es una enfermedad que se origina cuando el páncreas no sintetiza la cantidad de insulina que el cuerpo necesita. Es decir, cuando la elabora en una cantidad inferior o cuando el cuerpo no es capaz de utilizarla con eficacia. La insulina permite que la glucosa sea transportada al interior de las células, donde se transformará en la energía que hará funcionar nuestros músculos y tejidos. Las personas que sufren este tipo de diabetes tienen hiperglucemia, es decir, hay un exceso de glucosa en sangre porque no se distribuye de la forma adecuada.
Diversos estudios científicos han demostrado que el consumo diario de Aceite de Oliva Virgen Extra consumido en crudo reduce los problemas vasculares que pueden derivarse de la diabetes mellitus. Pero también va a la raíz del problema, se ha comprobado que sus efectos beneficios afectan directamente a los niveles de glucosa de estos pacientes, reduciendo los niveles de glucosa en sangre, al igual que los niveles de colesterol LDL.
Incluso se ha demostrado que en personas sanas el consumo de Aceite de Oliva disminuye los niveles de glucosa en sangre hasta un 12%.
El Aceite de Oliva Virgen Extra se caracteriza por ser rico en polifenoles saludables, uno de ellos es el Hidroxitirosol. Esta molécula consigue reducir y prevenir los problemas vasculares y los triglicéridos en personas diabéticas.
La ingesta recomendada de hidroxitirosol supondría unas 3 cucharadas soperas en crudo de Aceite de Oliva Virgen Extra, que coincide con la cantidad diaria recomendada para este alimento. Esta recomendación va dirigida a toda la población incluso si no padecemos ningún tipo de enfermedad, por sus numerosos beneficios para nuestra salud.
Protege el hígado
Una reciente investigación realizada por científicos de la Universidad Federico II, en Italia en un estudio llevado a cabo en personas con diabetes tipo dos.
Esta investigación ha mostrado que “la riqueza de ácidos grasos monoinsaturados presentes en grandes cantidades en el aceite de oliva virgen extra es capaz de reducir el contenido de grasa hepática de una manera clínica importante, la esteatosis hepática es muy frecuente en personas con diabetes tipo 2 y la dieta mediterránea rica en ácidos grasos monoinsaturados es una estrategia terapéutica eficaz”. Así lo ha declarado Giuseppe Della Pepa, del Departamento de Medicina Clínica y Cirugía de Federico II.
La investigación se ha llevado a cabo en 49 pacientes divididos en dos grupos, hombres y mujeres de entre 35 y 70 años, obesos o con sobrepeso y enfermedad diabética tipo dos, pero con control glucémico óptimo. Los participantes siguieron dos dietas diferentes con la misma energía calórica y una composición de macronutrientes similar durante ocho semanas. El primer grupo siguió una dieta multifactorial rica en diversos componentes nutricionales y el segundo grupo una dieta con una alta concentración de ácidos grasos monoinsaturados.
Albarosa Rivellese, miembro de la Sociedad Italiana de Diabetología (SID) y profesora titular de la Universidad Federico II de Nápoles, ha explicado que al final del período de ocho semanas, el grupo con dieta multifactorial logró una reducción de la grasa hepática en un 40%, mientras que en las personas que siguieron la dieta rica en ácidos grasos monoinsaturados del aceite, la reducción de la grasa fue del 19%.
“Estos resultados indican claramente que una dieta multifactorial rica en nutrientes como la dieta mediterránea es una opción nutricional para el tratamiento de la esteatosis hepática en personas con diabetes dos y la alta adhesión de los participantes en el régimen dietético demuestra claramente lo fácil que es implementar una dieta como esta”, señala la investigación.
Muchas de las enfermedades que previene el AOVE es debido a sus propiedades antibacterianas, que han demostrado ser particularmente eficaz contra Helicobacter pylori, un tipo de bacteria que puede causar úlceras y cáncer de estómago. De hecho, las investigaciones muestran que es eficaz contra ocho cepas de esta bacteria, tres de las cuales son resistentes a los antibióticos. El mismo estudio ha demostrado que 30 gramos de aceite de oliva virgen extra pueden eliminar la infección por Helicobacter pylori en el 10-40% de las personas en tan sólo 2 semanas.
Disminuye el progreso del deterioro cognitivo leve y el Alzhéimer
Diversos estudios han demostrado que el aceite de oliva virgen extra (AOVE) contiene polifenoles, compuestos bioactivos que actúan como antioxidantes y antiinflamatorios, que potencian el nacimiento de nuevas neuronas. Por lo que su consumo además de prevenir o retrasar la aparición de ciertas enfermedades degenerativas de la mente, ayuda a la memoria y a la capacidad de aprendizaje.
Una cucharada proporciona 8% de la cantidad diaria recomendada para la vitamina E, que está vinculada a disminuir el proceso de envejecimiento de las células.
Un estudio elaborado por laUniversidad de Temple, en Filadelfia, Estados Unidos, señala que el aceite de oliva protege contra el deterioro cognitivo. El consumo de aceite de oliva virgen extra protege la memoria reduce la formación de placas beta-amiloideas y enredos neurofibrilares en el cerebro, marcadores clásicos de la enfermedad de Alzheimer, como se detalla en un artículo sobre un estudio publicado en la edición digital ‘Annals of Clinical and Translational Neurology, liderado por Domenico Practicò.
Como refiere este investigador, «se trata de un hallazgo muy interesante. Gracias a la activación de la autofagia (proceso por el cual las células se descomponen y desaparecen los desechos intracelulares y las toxinas, tales como las placas amiloides y los ovillos de la proteína tau), tanto la memoria como la integridad sináptica fueron preservadas y los efectos patológicos que de otra manera hubieran destinado a los animales a desarrollar el alzhéimer se vieron reducidos de forma muy significativa. Este es un descubrimiento muy importante, pues ya sospechábamos que la reducción en la autofagia marcaba el principio del desarrollo del alzhéimer».
El Alzheimer es la enfermedad neurodegenerativa que se caracteriza por la acumulación de las llamadas placas beta-amiloides dentro de las células cerebrales. Es progresiva y aún no se puede curar o revertir. Sin embargo, esta investigación nos acerca a una estrategia preventiva y potencialmente inversa. También se ha detectado una estrecha relación entre una dieta que contenga aceite de oliva virgen extra como fuente principal de grasa, tiene un menor riesgo de ictus. En este sentido, un estudio publicado por Academia Americana de Neurología sugiere, incluso, que el consumo regular de aceite de oliva puede ser un método “asequible y sencillo” de evitar este accidente tan frecuente y devastador.
Combate el estreñimiento
El estreñimiento es una afección que puede estar provocada por muchos factores, como malos hábitos alimentarios, deshidratación, llevar una vida sedentaria, el embarazo, el estrés excesivo, entre otros. Una opción natural para los casos de estreñimiento leve es el aceite de oliva virgen extra.
El aceite de oliva es una grasa saludable, que puede ser utilizado con fines medicinales, uno de sus múltiples usos, es como laxante suave, que ayuda a prevenir y tratar el estreñimiento.
Estos son los principales beneficios de tomar aceite de oliva para el estreñimiento:
• Regula el tránsito intestinal: El aceite de oliva es rico en vitaminas E y K, ácidos grasos omega 3 y 6, hierro y antioxidantes, los cuales son excelentes para mejorar el proceso de la absorción y la digestión de los alimentos que ingerimos. Esto ayuda a mantener un tránsito intestinal regular y a prevenir el padecimiento de estreñimiento.
• Ablanda las heces: El consumo habitual de aceite de oliva ayuda a ablandar las heces duras, logrando así que las evacuaciones no sean tan difíciles y produzcan dolor u otras condiciones, como hemorroides, por ejemplo.
• Disminuye la inflamación o irritación intestinal: Favorece la relajación del intestino y evita su inflamación e irritación. De esta forma, se permite que las heces se muevan con más facilidad y se alivie el malestar abdominal asociado al estreñimiento.
El aceite de oliva mejora la salud del estómago y del aparato digestivo, y actúa como protector reduciendo el exceso de ácidos en esta parte del cuerpo.
Mantiene los huesos fuertes
La osteoporosis (que, literalmente, significa “hueso poroso”) consiste en la pérdida de masa ósea y en un deterioro del propio tejido que hace que los huesos sean más débiles y, por tanto, que aumente el riesgo de sufrir una fractura. Los huesos más expuestos a este tipo de roturas son las vértebras, la cadera y el antebrazo, tal y como recoge AECOSAR, la Asociación Española Contra la Osteoporosis y la Artrosis. Conforme cumplimos años, hay más riesgo de que se produzca este tipo de fracturas y llega a ser una causa importante de mortalidad en ancianos (genera afectaciones respiratorias, pérdida de masa muscular, desnutrición y trombos venosos).
Además de la pérdida de las posibilidades del paciente para realizar actividades físicas después de una fractura causada por osteoporosis es una enfermedad que no tiene cura. Sin embargo, es posible controlarla.
Uno de los componentes del aceite de oliva, es el oleocantal (que es un compuesto orgánico natural aislado del aceite de oliva virgen extra) y es un poderoso antiinflamatorio que puede ayudar a reducir los dolores asociados a las articulaciones y a los músculos. Son varios los estudios que recogen este beneficio natural del oro líquido, concluyendo que las personas que consumen regularmente aceite de oliva tienen menos dolencias que aquellas que no lo consumen.
El grupo de investigación Farmacología Experimental y Farmacia Clínica, dirigido por la catedrática de Farmacología Catalina Alarcón de la Lastra, ha publicado un estudio en el que demuestra los efectos beneficiosos del consumo de aceite de oliva virgen extra en la prevención y tratamiento de la artritis reumatoide.
Los expertos señalan que este tipo de aceite contiene una fracción polifenólica que favorece la disminución de la inflamación de las articulaciones. Para alcanzar estas conclusiones, se observó durante un par de meses la evolución de dos grupos de animales, uno alimentado con aceite de girasol como fuente lipídica, y otro con aceite de oliva virgen extra. Tras el periodo de estudio, la inflamación de las articulaciones de los animales alimentados con aceite de oliva virgen extra había disminuido considerablemente frente a los que no lo habían consumido.
“En este estudio observamos tanto a nivel macroscópico como a nivel tisular cómo el aceite de oliva virgen extra, que se caracteriza por su alto contenido en polifenoles, fue capaz de disminuir una serie de mediadores y parámetrosbioquímicos implicados en los procesos inflamatorios”, explica Mª Ángeles Rosillo, autora principal del trabajo.
“El consumo de aceite de oliva virgen extra previene el desarrollo de la artritis reumatoide experimental. El descubrimiento de esta acción beneficiosa del aceite de oliva virgen extra refuerza la hipótesis de utilizarlo como estrategia preventiva y/o terapéutica en el tratamiento de esta patología articular pudiendo reducir la aparición de efectos adversos que acompañan a la farmacoterapia clásica” afirma
la investigadora.
Propiedades anticancerígenas
Un componente del aceite de oliva virgen extra es capaz de matar las células cancerígenas sin dañar las células sanas del ser humano.
Esta es la conclusión del último estudio llevado a cabo por un equipo de científicos de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey (EE.UU.) y del Hunter College de Nueva york (EE.UU.) que recoge la revista Molecular and Cellular Oncology.
El ingrediente en cuestión es el “oleocantal”, un compuesto orgánico natural aislado del aceite de oliva virgen extra y responsable de su particular sabor ligeramente picante. Los expertos han descubierto que las propias enzimas de oleocantal provocan la muerte de la célula cancerosa mediante la ruptura de las vesículas que almacenan los residuos de la célula, sin alterar las células sanas.
El aceite de oliva virgen extra, es también el único que ha servido al científico Javier Menéndez en su investigación contra el cáncer. Al frente del grupo de Metabolismo y Cáncer del Programa ProCURE del Instituto Catalán de Oncología (ICO) – Instituto de Investigación Biomédica de Girona (IDIBGI), ha descubierto que son los fenoles, las moléculas que dan ese característico sabor amargo al aceite, las que han resultado activas contra un tipo de cáncer de mama muy agresivo: el HER2 positivo.
Por otro lado, un estudio elaborado por científicos españoles demuestra que el aceite de oliva virgen extra puede contribuir en la prevención y tratamiento del cáncer de mama, gracias a su principal elemento, el ácido oleico.
Las conclusiones del estudio, realizado a partir de técnicas genéticas y dirigido por el científico Javier Menéndez, biólogo molecular del instituto de Investigación para la Salud Northwestern de Chicago, confirman que el consumo de ácido oleico reduce de forma considerable uno de los oncógenos asociados a los tumores más agresivos.
Por otra parte, el director de la División de Medicina Oncológica del Instituto Catalán de Oncología,Ramón Colomer, que también ha participado en ese mismo estudio, declaró que el ácido oleico“refuerza las membranas de las células” y contribuye a “la regulación de los genes”.
El profesor de fisiología e investigador Eduard Escrich afirmó en un curso celebrado en Vélez-Málaga por la Universidad de Málaga que el aceite de oliva es preferible a los aceite de semillas, como el de girasol o el de maíz, porque desencadena diversos y complejos mecanismos beneficiosos en el organismo que inhiben la proliferación de células tumorales.
Los antioxidantes que se encuentran en este tipo de aceite ayudan a reducir el daño oxidativo causado por los radicales libres, que se cree que es uno de los principales orígenes de cáncer.
Previene enfermedades cardiovasculares
Las enfermedades cardíacas son una de las principales causas de muerte en todo el mundo, y el aceite de oliva podría prevenirlas. Eso se debe que reduce significativamente el riesgo de enfermedades del corazón a través de numerosos mecanismos, como, por ejemplo, disminuyendo la inflamación, mejorando la función del revestimiento de los vasos sanguíneos y regulando la coagulación de la sangre.
Dentro de las enfermedades cardiovasculares destaca la enfermedad coronaria o cardiopatía isquémica, cuyo proceso se puede considerar que es el resultado de un doble problema:
uno de tipo crónico y que sucede durante muchos años, por el cual se forma una placa aterosclerótica que obtura u ocluye parcialmente el vaso (aterogénesis); otro de tipo agudo que consiste en la formación de un trombo formado en respuesta a un daño que sufre la citada placa, que es capaz de ocluir la luz residual o total de un vaso, impidiendo el riego al tejido subyacente, produciéndose un infarto (trombogénesis). Según la Fundación Española del Corazón (FEC) la ingesta diaria de aceite de oliva ayuda a proteger la salud cardiovascular gracias a los ácidos grasos y a los antioxidantes. Y es que el aceite de oliva contiene grasas monoinsaturadas, o, lo que es lo mismo, cardiosaludables. Si utilizamos aceite de oliva virgen extra además añadiremos vitamina E y polifenoles (antioxidantes) que mejoran la hipertensión, bajan el colesterol LDL (o colesterol malo) y suben los niveles del colesterol bueno (HDL). Además, también es rico en otros compuestos naturales como los carotenos y polifenoles, compuestos antioxidantes que ayudan a prevenir la aparición de enfermedades crónicas como, por ejemplo, la enfermedad cardiovascular.
“La sustitución de grasas saturadas por grasas insaturadas en la dieta, contribuye a mantener niveles normales de colesterol sanguíneo. Tanto el ácido oleico como el ácido omega3 son grasas insaturadas“, explica el Dr. Leandro Plaza, presidente de la FEC; quien añade que, “para disminuir el riesgo cardiovascular y en general mejorar la salud, es recomendable volver a las viejas costumbres de la dieta mediterránea y utilizar el aceite de oliva como principal grasa de nuestra dieta“.
También lo avala un estudio llevado a cabo por investigadores del Keenan Research Center for Biomedical Science (KRCBS) delSt. Michael’s Hospital (Estados Unidos), publicado en la revista ‘Nature Communications’; donde afirman que “los alimentos ricos engrasas insaturadas, como el aceite de oliva, pueden proteger contra las enfermedades cardiovasculares”
Contiene vitaminas A, D, E y K
El aceite de oliva, tanto el virgen como el virgen extra, son ricos en vitaminas A, D, E y K, que son esenciales para el funcionamiento de las células, para el crecimiento y el desarrollo.
VITAMINA A
Es una de las vitaminas más importantes para nuestro cuerpo. Ayuda a que el corazón, los riñones y demás órganos funcionen de forma precisa; además, contribuye al mantenimiento de los tejidos blandos y óseos, como así también al buen desarrollo de la vista, la piel y la prevención de infecciones
Esta vitamina también es muy necesaria para el crecimiento y la diferenciación del tejido epitelial por ejemplo el del ojo, del aparato respiratorio y gastrointestinal, se requiere en el crecimiento del hueso, en la reproducción y el desarrollo embrionario.
Junto con algunos carotenoides, la vitamina A aumenta la función inmunitaria, contribuye a reducir las consecuencias de ciertas enfermedades infecciosas que pueden ser mortales.
La falta de esta vitamina nos hace más propensos a contraer infecciones, problemas de visión o erupciones cutáneas.
VITAMINA D
Su principal función en nuestro organismo es ayudarnos a absorber el calcio. De esta manera, nos ayudamos a tener unos huesos sanos y fuertes. La falta de esta vitamina puede relacionarse con Enfermedades Cardiovasculares, Artritis, Fibromialgia y Depresión.
Representa un papel importante en el mantenimiento de órganos y sistemas a través de múltiples funciones, tales como: la regulación de los niveles de calcio y fósforo en sangre, promoviendo la absorción intestinal de los mismos a partir de los alimentos y la reabsorción de calcio a nivel renal. Con esto contribuye a la formación y mineralización ósea, siendo esencial para el desarrollo del esqueleto. En el aceite de oliva actúa como un antioxidante poderoso.
VITAMINA E
Tiene un papel fundamental en el metabolismo normal de todas las células. Es el antioxidante liposoluble más importante en los tejidos humanos y animales. Se encuentra en las partes de las células ricas en lípidos, como las membranas celulares, y los tejidos ricos en grasas. El papel principal y más estudiado de la vitamina E es la protección de los ácidos grasos poli-insaturados de los lípidos contra el daño oxidativo. Por eso es que su deficiencia puede afectar varias e importantes funciones vitales.
Por otra parte, el organismo necesita vitamina E para estimular el sistema inmunitario a fin de que éste pueda combatir las bacterias y los virus que lo invaden. Ayuda a dilatar los vasos sanguíneos y evitar la formación de coágulos de sangre en su interior. Además, las células emplean la vitamina E para interactuar entre sí y para cumplir numerosas funciones muy importantes.
También llamada la vitamina de la juventud.
VITAMINA K
Es una de las vitaminas menos conocidas y, sin embargo, una de las más importantes porque es la que se encarga de regular la coagulación de la sangre. Ayuda a reducir el riesgo de sufrir infartos y problemas cardiovasculares.
En realidad, hay dos tipos de vitamina K: por un lado, la más común, la filoquinona (vitamina K1) que se encuentra de forma natural en una gran variedad de plantas y, por otro, la menaquinona (vitamina K2), que se encuentran en alimentos fermentados, en productos de origen animal y en el microbioma intestinal. Nuestro organismo procesa una parte de la vitamina K1, convirtiéndola en vitamina K2, por lo que los dietistas recomiendan ingerir más alimentos ricos en vitamina K1.
Los expertos también recomiendan el aceite de oliva como grasa fundamental en la alimentación de los más pequeños. La Asociación Española de Pediatría (AEP), a través de su “Decálogo sobre las grasas en la alimentación de niños y adolescentes“, recomienda su utilización, asegurando que es muy importante, tanto por su aporte calórico como su función en la prevención de las enfermedades crónicas más prevalentes. Así, los pediatras recomiendan iniciar un periodo de transición a partir de los 6 meses, introduciendo una cucharada de aceite de oliva en los purés de verduras (que, además, mejora su palatabilidad); y a partir de los 2 años convertir el aceite de oliva en la grasa principal de la alimentación.
Pero no sólo eso, el ácido linoleico contiene es fundamental para el desarrollo del cerebro. También ayuda a la absorción de la vitamina D, importantísima para el crecimiento de los bebés y los niños, ya que regula el calcio y el fósforo y estimula la ingesta de minerales que son esenciales para el proceso de osificación. Esto les da a los niños una mayor protección contra las fracturas óseas en la infancia y previene el riesgo de osteoporosis en la vejez.
Fortalece el sistema inmunológico
La defensa que tiene el cuerpo contra todo tipo de infección es el sistema inmunológico. De ahí que cuando se encuentra fuerte, destruirá toda bacteria o virus que quiera invadir el cuerpo. Por eso, otro de los beneficios del aceite de oliva es mantener el sistema inmunológico siempre activo. Se consigue gracias a que el aceite tiene poderosos antioxidantes, así como nutrientes básicos para mantener sano el organismo.
Estas son las conclusiones que se desprenden del estudio realizado por Manuel de Pablo, un experto que ha participado en el Workshop Internacional de Inmunonutrición. Al parecer, incluir el aceite de oliva en nuestra dieta diaria permite aumentar las células que se encuentran implicadas en el sistema defensivo de nuestro organismo, esto permite una mayor resistencia a la acción de los agentes patógenos externos.
El sistema inmunológico actúa como el principal detector de partículas nocivas para la salud como, por ejemplo:
Células cancerosas
Virus que provocan cantidad de enfermedades
Parásitos
Células patógenas
El Grupo de Investigación Microbiología e Inmunológica de la Universidad de Jaén (UJA), vinculado al Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario (ceiA3), estudia los efectos protectores de las grasas del aceite de oliva frente a infecciones, en comparación con otras grasas, mediante la actividad de los neutrófilos, que son los principales agentes defensivos del organismo.
Tener un sistema inmunológico fuerte es clave para gozar de una buena salud, pues es necesario para combatir virus o bacterias que podrían perjudicar a nuestro organismo. Los antioxidantes del “oro líquido” ayudan a mejorar el sistema inmunológico y, de esta manera, prevenir enfermedades.
Retrasa el envejecimiento
El aceite de oliva virgen extra contiene agentes antienvejecimiento que combaten la osteoporosis (mediante el consumo en crudo), gracias a sus ácidos grasos naturales y a su aporte devitaminas K y E. El aceite de oliva puede retrasar el envejecimiento, gracias a la alta concentración de polifenoles que tiene como ingredientes principales. Estos actúan como antioxidantes naturales que son muy necesarios para retrasar las arrugas en la piel. El aceite de oliva virgen extra tiene la virtud de mantener la elasticidad natural de la piel, gracias a los ácidos grasos monoinsaturados y por sus vitaminas.
Conocedores de la nueva revolución “antiaging” que se impone en el mercado, científicos de la Universidad de Granada (UGR), especialistas del Complejo Hospitalario de Jaén, el Instituto de Bioquímica de la Universidad de La Marche (Italia) y de la Universidad de Lleida han demostrado los efectos beneficiosos del aceite de oliva virgen contra el envejecimiento frente a otras fuentes grasas.
Los investigadores granadinos trabajan para establecer los posibles mecanismos moleculares a través de los cuales el aceite de oliva virgen por sí solo, así como la suplementación con coenzima Q, un compuesto antioxidante, ejerce sus influencias en los signos propios del envejecimiento, que provocan cambios en la estructura y las funciones de las células.
Los expertos han analizado cómo afecta la grasa ingerida a las células, porque si hay una relación negativa entre ambos factores (tipo de grasa y funcionamiento celular), modificando la dieta “también se pueden atenuar ciertos procesos“. En concreto, la investigación se centra en ver cómo afecta el aceite de oliva a las mitocondrias, un orgánulo del interior de la célula que se encarga de producir energía. Estudian los efectos de la grasa sobre tres niveles: el estrés oxidativo, la funcionalidad del orgánulo y su estructura. “La dieta basada en aceite de oliva hace que durante la vejez se acumulen menos daños en estos tres niveles”, asegura el responsable de la investigación, José Luis Quiles.
El estrés oxidativo hace referencia al proceso por el que las células generan cantidades de compuestos llamados radicales libres. Estos se generan de forma natural por el organismo pero, en exceso, resultan perjudiciales. Se trata de unos agentes que se crean en la producción energética que tiene lugar en el interior de las células. En este proceso de combustión de grasa, se liberan los radicales libres y actúan como antorchas en relación con los tejidos del cuerpo, pues queman todo lo que tocan. “El aceite de oliva reduce el estrés oxidativo, es decir, la generación de radicales libres y, por tanto, hace que los tejidos envejezcan de forma más lenta”, asevera Quiles.
En cuanto a la funcionalidad de la mitocondria, han comprobado que el estrés oxidativo daña la capacidad de este orgánulo para producir energía, además de alterar su apariencia. “Al envejecer, se hinchan y pierden la impermeabilidad que permite mantener el equilibrio electroquímico entre el interior y el exterior de la célula“, explica Quiles.
Por tanto, este “oro líquido” es una excelente alternativa para luchar contra el envejecimiento prematuro de la piel consiguiendo mantener la elasticidad natural.
Retrasa el envejecimiento
El aceite de oliva virgen extra contiene agentes antienvejecimiento que combaten la osteoporosis (mediante el consumo en crudo), gracias a sus ácidos grasos naturales y a su aporte devitaminas K y E. El aceite de oliva puede retrasar el envejecimiento, gracias a la alta concentración de polifenoles que tiene como ingredientes principales. Estos actúan como antioxidantes naturales que son muy necesarios para retrasar las arrugas en la piel. El aceite de oliva virgen extra tiene la virtud de mantener la elasticidad natural de la piel, gracias a los ácidos grasos monoinsaturados y por sus vitaminas.
Conocedores de la nueva revolución “antiaging” que se impone en el mercado, científicos de la Universidad de Granada (UGR), especialistas del Complejo Hospitalario de Jaén, el Instituto de Bioquímica de la Universidad de La Marche (Italia) y de la Universidad de Lleida han demostrado los efectos beneficiosos del aceite de oliva virgen contra el envejecimiento frente a otras fuentes grasas.
Los investigadores granadinos trabajan para establecer los posibles mecanismos moleculares a través de los cuales el aceite de oliva virgen por sí solo, así como la suplementación con coenzima Q, un compuesto antioxidante, ejerce sus influencias en los signos propios del envejecimiento, que provocan cambios en la estructura y las funciones de las células.
Los expertos han analizado cómo afecta la grasa ingerida a las células, porque si hay una relación negativa entre ambos factores (tipo de grasa y funcionamiento celular), modificando la dieta “también se pueden atenuar ciertos procesos“. En concreto, la investigación se centra en ver cómo afecta el aceite de oliva a las mitocondrias, un orgánulo del interior de la célula que se encarga de producir energía. Estudian los efectos de la grasa sobre tres niveles: el estrés oxidativo, la funcionalidad del orgánulo y su estructura. “La dieta basada en aceite de oliva hace que durante la vejez se acumulen menos daños en estos tres niveles”, asegura el responsable de la investigación, José Luis Quiles.
El estrés oxidativo hace referencia al proceso por el que las células generan cantidades de compuestos llamados radicales libres. Estos se generan de forma natural por el organismo pero, en exceso, resultan perjudiciales. Se trata de unos agentes que se crean en la producción energética que tiene lugar en el interior de las células. En este proceso de combustión de grasa, se liberan los radicales libres y actúan como antorchas en relación con los tejidos del cuerpo, pues queman todo lo que tocan. “El aceite de oliva reduce el estrés oxidativo, es decir, la generación de radicales libres y, por tanto, hace que los tejidos envejezcan de forma más lenta”, asevera Quiles.
En cuanto a la funcionalidad de la mitocondria, han comprobado que el estrés oxidativo daña la capacidad de este orgánulo para producir energía, además de alterar su apariencia. “Al envejecer, se hinchan y pierden la impermeabilidad que permite mantener el equilibrio electroquímico entre el interior y el exterior de la célula“, explica Quiles.
Por tanto, este “oro líquido” es una excelente alternativa para luchar contra el envejecimiento prematuro de la piel consiguiendo mantener la elasticidad natural.